
Los metros escasos de un piso pequeño no están reñidos con el estilo y la belleza. Sí, es más difícil aprovechar el espacio y conseguir amplitud cuando el tamaño no acompaña, pero ahí está el reto. Y si le das un toque nórdico, puede convertirse en la guinda del pastel. Fíjate en estos ejemplos y coge ideas.
Adiós a los tabiques y a los falsos techos
A este antiguo piso que, una vez reformado, se convirtió en dos apartamentos de 20 metros cuadrados, se le sacó un gran partido con dos intervenciones clave: quitar el falso techo y crear un altillo en cada apartamento. Nada de ello luciría apenas sin la inspiración nórdica que lo impregna todo: predominio del blanco (incluido el suelo), espacio diáfano al haber suprimido los tabiques y sencillez en los pocos pero útiles muebles.
Sube a dormir
Este loft en el casco antiguo de Barcelona no era mucho más grande: 29 metros cuadrados. Había que crear un espacio para estar y dormir. Solución: subir la cama a las alturas, mediante la creación de un altillo sostenido por vigas blancas de hierro, translúcido en sus lados, en los que cabe la cama de 1,35m. Se llega hasta el altillo subiendo por una escalerita minimalista que apenas ocupa espacio visual.
El color blanco y la madera sólo barnizada de los pocos muebles, contribuyen a espaciar el salón.
Separar, pero no del todo
He aquí una buena solución que encontraron en la decoración de este piso danés de 38 metros cuadrados: la cocina y el salón-comedor quedan separados per unas semi puertas: delimitan claramente ambos espacios pero, visualmente, el tabique acristalado no ocupa lugar.
El viejo parquet fue pintado de blanco y eso le da un aire completamente renovado al espacio.
Cama con cajones
Si la altura de los techos de tu mini apartamento no te permite hacer un altillo … no te preocupes: en este piso de 45m2 construyeron algo muy eficaz: una tarima sobre la que se ubica la cama, dando así la sensación de separación con el resto del espacio.
A los bajos de la tarima se les saca mucho jugo: se convierten en espaciosos, y muy pràcticos, cajones de madera. Una cortina sencilla y, por supuesto, blanca termina de darle a la ‘habitación’ su personalidad.