
El invento tiene, por supuesto, la intención de permitirnos ahorrar pero también lleva una interesante ideología detrás: es el inicio del combate contra la Obsolescencia Programada, es decir, contra el diseño de aparatos eléctricos, electrodomésticos, etc. que salen al mercado con una duración determinada de antemano, desde la fábrica, por lo que no se les permite durar toda una vida, o casi, como sucedía con las primeras neveras o impresoras.
La diferencia fundamental entre estas nuevas bombillas y las anteriores es que pueden durar 100 años porque están diseñadas de manera que pueden repararse si sufren un desperfecto, al contrario de los materiales que conforman el resto de bombillas del mercado.
El andaluz afincado en Catalunya Benito Muros es, hasta el momento, el pionero del invento en España: ha fundado World Sop Corporation (las siglas SOP pertenecen al movimiento Sin Obsolescencia Programada). La empresa se dedica a la creación de bombillas reparables y responsables con el medio ambiente, a través de tecnología LED. Por eso, este empresario está convencido de que sí es rentable fabricar un producto que vaya a durar más que otros.
¿Volveremos a reparar electrodomésticos?
Un efecto secundario muy interesante del retorno a la reparación de aparatos o electrodomésticos -como se hacía no hace tantos años en este país-, serían las posibilidades de negocio de todos esos pequeños artesanos que vivían de arreglar neveras, radios, impresoras o … bombillas.
De hecho, el movimiento SOP, además de promover un consumo consciente, quiere convertirse en la plataforma de apoyo de aquellas empresas que quieran lanzar al mercado un producto duradero.
El gran ahorro SOP
Una bombilla SOP ahorra un 92% respecto a las bombillas incandescentes y un 68,42% respecto a las de bajo consumo. La tecnología SOP también hace que sus bombillas emitan un 70% menos de CO2 a la atmósfera ya que trabajan con muy pocos grados de temperatura.
Y aunque la Administración pública suele ser lenta para este tipo de pequeñas revoluciones, ya hay un Ayuntamiento, el del pueblo catalán de Corbera de Llobregat, que ha instalado hace unos meses 166 bombillas con esta tecnología innovadora en el casco antiguo del municipio.
Es, según afirma a El País Andrés Palacios, concejal de Servicios Públicos, “un ahorro de costes energéticos”.
“[Las bombillas] Las hemos aplicado por una cuestión de coherencia con los gastos de consumo y por la falta de recursos; teníamos un consumo excesivo que ahora esperamos reducir en un 50% al tiempo que aumentamos la durabilidad, contaminamos menos y existe una mayor garantía”, explica Palacios. Este alumbrado aún está en fase de pruebas y no se descarta ampliarlo si todo va bien.
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